Las libros no solo están para leerlos. Hay que cavar en ellos, encontrar referencias a otras obras, a nuestras propias vidas. Hay que amarlos y odiarlos. Hay que subrayarlos, despojándoles de su sacralidad.
Por eso, «Entre libros» es más que un análisis de lecturas. Son maneras de observar la vida.
Los escritores malditos se alimentan de las entrañas para revolucionar la literatura. La sociedad los rechaza, oculta, niega. Pero los necesita para su salvación.