La relevancia de Miguel de Cervantes en la literatura española y universal ha provocado que muchas localidades quieran apropiarse de su persona o de las referencias en su obra.

Hay pueblos que aseguran que don Quijote y Sancho pasaron por sus tierras, aunque se ubiquen alejados de las rutas que realizaron los dos famosos personajes por la Península Ibérica. En Esquivias (Toledo) se sitúa la Casa-Museo Cervantes, parada obligatoria para expertos y lectores, en concreto, de la obra cervantina.

La Casa Cervantes es una típica vivienda del siglo XVI en la que no faltan el patio, el corral y la bodega. Perteneció al hidalgo Alonso Quijada Salazar, un rico terrateniente amante de la lectura en que se inspiró Miguel de Cervantes para el personaje de don Quijote. Cervantes conoció la afición desmedida por los libros de este señor a partir de una visita a Juana Gaitán, la viuda de un amigo suyo. Fue entonces cuando conoció a Catalina de Palacios, pariente de Alonso Quijada, con la que se casaría posteriormente.

Casa Museo Cervantes

Detalle de la ventana que inspiró a Cervantes para el capítulo de la quema de libros del Quijote.

El museo muestra documentos que atestiguan la relación de Cervantes y del Quijote con Esquivias. Se puede ver la ventana que supuestamente inspiró a Cervantes la quema de libros de la primera parte de su obra maestra, leer la partida de matrimonio entre Cervantes y Catalina o conocer las particularidades de una casa renacentista.

Sin embargo, hay un ingrediente que posee un atractivo extra: las cuevas. El suelo de Esquivias está horadado por unas galerías de hasta cuatro kilómetros de extensión. Parece que su origen fue defensivo. Posteriormente fueron empleadas como frigoríficos naturales donde se guardaban el vino, los productos de la matanza o los champiñones que se criaban allí.

Todos queremos que Cervantes sea un poco nuestro. Los escritores lo admiramos por su maestría. Los aventureros por su valentía. Es la conjunción perfecta entre las letras y las armas. Ese aroma es el que se desprende de las paredes de la Casa-Museo de Cervantes: la realidad y la imaginación conviven en las diferentes habitaciones y se mezclan a través de la figura del escritor. Caminar por las mismas estancias por las que estuvo componiendo don Miguel enlaza nuestro presente con su pasado. Esa es la magia de la literatura y está a tan solo media hora de Madrid.


NOTAS DE LA AUTORA:

—La fotografía, tomada el 4 de marzo de 2014 con un teléfono móvil, pertenece al interior de la Casa-Museo Cervantes (Esquivias-Toledo).


Todos queremos ser un poco Cervantes –
(c) –
Olivia Vicente Sánchez

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