Viaje a la Luna constituye la única incursión en el cine del poeta y dramaturgo Federico García Lorca.
La Luna está presente en la literatura desde sus comienzos, desde el instante en que fue capaz de plasmar artísticamente, a través de la palabra, el hechizo del único satélite de La Tierra. En el Gilgamesh, hace treinta y cinco siglos, la nombra indirectamente:
«(He aquí), madre, el sueño
(Que) he tenido esta noche:
(Mientras) me rodeaban
las Estrellas celestes,
una especie de bloque del Cielo
cayó pesadamente junto a mí».
No hace falta viajar tan lejos en el tiempo para disfrutar de la magia de la Luna. Dentro la literatura en lengua española, destaca el papel que le concedió Federico García Lorca como símbolo de la mujer: fecundidad, esterilidad, erotismo, belleza…; pero también como símbolo de tragedia, destrucción, dolor y muerte.
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.
El «Romance de la luna» constituye uno de los poemas más famosos del Romancero gitano, muchas veces homenajeado incluso a través de versiones musicalizadas. Menos conocido, sin embargo, es el único guion cinematográfico escrito por este autor: Viaje a la Luna. Compuesto durante el viaje a Nueva York en 1929, surgió de una conversación que mantuvo con el pintor Emilio Armero.
Se trata de un poema visual compuesto por setenta y dos imágenes desarrolladas a lo largo de doce páginas. Tras los pasos del Surrealismo, movimiento de vanguardia de principios del siglo XX, este diálogo entre el sueño y la vigilia estuvo en paradero desconocido hasta que la viuda de Armero lo encontró en el cajón de una mesilla de noche en 1989, en la mismísima Oklahoma.
Aún tuvo que esperar una década para llegar a la gran pantalla. En 1998, el director Frederic Amat estrenó su adaptación en el Museo Reina Sofía de Madrid.
Viaje a la Luna mantiene vínculos con Poeta en Nueva York, otro testimonio de su paso por la capital de los rascacielos. Juntos forman una combinación perfecta para adentrarse en la obra de uno de nuestros escritores más universales.
NOTAS:
—En Luna Roja, dedicamos la sección Maldito Libro a Viaje a la Luna a partir del minuto 13:20:
—Datos de las fuentes:
FERNÁNDEZ SANTOS, Elsa: «Viaje a la luna, el único guion de Lorca, llega a la pantalla después de 69 años». 18 de junio de 1998. Enlace: elpais.com
LAMENDROS PEÑARANDA, Rubén Jesús: «Bajo la misma luna: la simbología de la luna en Li Bai y Federico García Lorca». Universidad de Granada. Enlace: https://papiro.unizar.es/
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